11 de abril de 2011

Caín (José Saramago)



Género:  Novela
Año:       2009
Páginas: 200
Valoración:  Muy bueno 



Imaginemos por un momento que leemos este libro y no sabemos quien lo escribió. Al llegar a la última página podríamos decir que se trata de un texto liviano que se lee con una sonrisa, siempre y cuando podamos despojarnos de todo fanatismo que pueda condicionar nuestro pensamiento.

Alguien se dedicó a escribir, apelando a nuestro sentido del humor, su versión ficticia de una parte de la historia sagrada, cuestionando su veracidad. Algunos lo considerarán una irreverencia y ni siquiera lo leerán, pues sabiendo que el autor es un ateo declarado, ya podrán imaginar por dónde vienen los tiros.

Otros digerirán las 200 páginas convencidos de que todos los temas pueden abordarse libremente aceptando la posibilidad de opiniones diferentes a las nuestras. Y cuando alguien se atreve a tocar temas que pueden ser urticantes y lo hace apelando al humor y la ironía, el resultado es un soplo de aire fresco frente a tabúes que no pasan sólo por la religión.

Los creyentes no modificarán su fé después de haber leído Caín, y los –también creyentes- de mentalidad abierta (que los hay y muchos) seguramente entenderán esto como un hecho anecdótico en la carrera literaria de José Saramago, el Premio Nobel que de tanto en tanto se lanza a cuestionar aspectos que hacen a la vida corriente. Ahora le tocó el turno a la religión, nada más ni nada menos.

Es un libro corto. Se lee rápido y a otra cosa. Pero si ha llegado a molestar a las anquilosadas jerarquías eclesiásticas ya ha hecho su aporte. Una referencia personal. De niño me habían hecho creer que debajo de mis pies, en las profundidades de la Tierra había un infierno al que iría si me portaba mal. El tiempo que viví aterrorizado pensando en ese fuego eterno, no lo voy a recuperar nunca.

Pero en esto cada uno es libre de pensar lo que le parezca, y vaya mi respeto a todas las creencias.
-JT*


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